miércoles, 3 de julio de 2019

Formas de diagnosticar una parasitosis




Método directo y Método indirecto.

Método directo: Es la observación del agente etiológico y su caracterización morfológica. Examen de fresco, examen macroscópico, examen microscópico, métodos de concentración, métodos cuantitativos (kato-katz), métodos cualitativos y coloración rápida.

 Examen coproparasitológico: Nos informa desde características Macroscópicas como la consistencia, la presencia de sangre, moco y parásitos observables a simple vista o partes de estos como las proglótides de las tenías. La observación Microscópica arroja datos importantes que hacen pensar en un proceso inflamatorio agudo como la presencia de leucocitos abundantes, glóbulos rojos, cristales de Charcot Leyden que aparecen por destrucción de eosinófilos en intestino, glóbulos de grasa relacionados con problemas de absorción, la presencia de levaduras, el pH de las heces fecales y principalmente la descripción de las formas parasitarias encontradas, cantidad y características tintoriales.

 Métodos de concentración: Sulfato de zinc: se utiliza para la observación de quistes y huevos de helmintos. Formol-eter: para recuperar quistes, huevos y larvas de helmintos (más eficiente).

 Cultivos: El cultivo de protozoarios intestinales es poco frecuente por las elevadas exigencias del parásito, que encarecen el estudio y no todos los laboratorios implementan el mismo como prueba habitual. En caso de requerirse y de contar con todos los medios se logra el desarrollo de Entamoeba histolytica, Trichomona vaginalis, Acanthamoeba y Naegleria sp. Los medios más utilizados son el de Robinson y el polixénico.

Coloración Tinciones permanentes: Son utilizadas cuando existen dudas diagnósticas y es necesario identificar las características morfológicas del parásito, caso típico de las semejanzas entre la Entamoeba histolytica y la Entamoeba coli; las más utilizadas son la tricromía y la hematoxilina férrica.

Métodos indirectos: Este método implica la detección indirecta del parásito, ya sea por la respuesta humoral que desencadena el paciente o por la captura de los antígenos que el parásito libera.

 Métodos indirectos: Debido a que el diagnóstico de varias parasitosis incluso las intestinales puede resultar desalentador mediante pruebas habituales en heces fecales, se recomienda realizar pruebas indirectas especialmente para aquellos parásitos cuya identificación en heces es difícil o para aquellos que pueden tener localización tisular ya sea en la pared intestinal u otros sitios de difícil acceso incluso por biopsia.

 Los métodos indirectos: hacen evidente la respuesta inmune especialmente humoral del hospedero ante antígenos parasitarios. La mayor parte permite identificar anticuerpos, pero también existen pruebas para encontrar células sensibilizadas, complejos antígeno anticuerpo llamados complejos inmunes y células efectoras de la respuesta inmune como reacciones del complemento y citosinas.

 La mayoría de las pruebas serológicas están basada en la detección de la respuesta específica de anticuerpos ante la presencia del parásito. Estas incluyen aglutinación clásica, fijación de complemento, métodos de difusión en gel, inmunofluorescencia, Western Blot.

ELISA (coproantígenos): Se utilizan para E. Histolytica, Trypanosoma cruzi. Plasmodium etc.

 Métodos moleculares: el diagnóstico de enfermedades parasitarias ha logrado un avance significativo gracias a la aplicación de métodos de diagnóstico molecular basados en la hibridación del ácido nucleico. Estos estudios son factibles ya que todos los organismos contienen secuencias de ácido nucleico que pueden ser usados en estudios de hibridación que ayudan a determinar cepas, especies y género. Pueden detectarse simultáneamente varios parásitos dependiendo de la especificidad del ácido nucleico utilizado.









Manual práctico de parasitología Medica

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